Nuestras vidas fueron dadas y justificadas por el esfuerzo y sacrificio de nuestro Señor Jesus, seamos conscientes de valor que tenemos y de lo mucho que somos valorados por Dios.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?