Este grupo de vacas estaba pastando en la pradera cuando un hombre tocando una acordeón se acerco a ellas, en cuestion de minutos todas las vacas se acercaron para disfrutar de la música mas de cerca.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.