Estos padres estaban tan agradecidos tan sólo de recibir una llamada de su hijo militar. Pero cuando él les dio este shock, ¡no sabían qué hacer de la alegría!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.