Tal como el SEÑOR lo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le había hecho. Sara quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham en su vejez. Esto sucedió en el tiempo anunciado por Dios. – Génesis 21:1-2

¿Se le está haciendo difícil esperar la Navidad? ¡Esta recién es la primera semana de Adviento! Si queremos experimentar un “Adviento Radical”, recordando los cientos de años que el pueblo de Dios tuvo que esperar, tenemos que esperar mucho más.

Abraham (antes Abram) y Sara (antes Saray) no habían estado esperando un mes o un año, o ni siquiera toda la vida. Ellos eran parte del pueblo de Dios que había estado esperando desde Adán y Eva. Y ahora Dios le da a Sara un regalo, pero no el regalo. Todavía no.

Después de armar el arbolito y de poner algunos regalos debajo de él, nuestros niños empezaban a rogar: “¿Podemos abrir sólo un regalo? ¿Por favor?” Quizás usted no esté de acuerdo, pero algunas veces les permitimos abrir un regalo antes de tiempo. Y cuando dijimos: “Está bien, pero solamente uno”, se rieron y aplaudieron, y corrieron hacia el arbolito. Como Sara, estaban llenos de alegría y de risa ante la perspectiva de descubrir qué era el regalo secreto. Pero, también al igual que Sara, sabían que ese no era el regalo verdadero. El “regalo grande” no iba a estar todavía debajo del arbolito – sólo uno pequeño que sería una muestra de lo que habría de venir después.

“Dios me ha hecho reír”, dijo Sara luego de que naciera Isaac. Nosotros también hemos experimentado regalos maravillosos de Dios. Pero si estas cosas que son pasajeras nos pueden dar tanta alegría, imagine cuán magnífico será el regalo supremo de Dios, el Salvador, que vendrá nuevamente por nosotros.

ORACIÓN: Señor, llena mi corazón de alegría al ver hoy tus regalos, y de deseos de ver tu gran Regalo que está por venir. Amén.

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