Este hijo sorprendió a su padre con algo que había tenido que vender hacía 20 años, y parecía irrecuperable. Mire su incredulidad al minuto 3:30 cuando se revela la sorpresa.¡Usted no podrá parar de sonreír!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.