Muchas veces es facíl sentirnos victimas de todo y justificar que no podemos ser felices por que no tenemos lo que queremos, pero, ¿cuantos de nosotros estamos 100% bendecidos todos los días pero estamos muy distraidos para notarlo?
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.