Stuart siempre tiene algún tipo de truco para hacer sonreír a los demás. Asi que decidió poner un botón en medio de la calle y regalar una sorpresa y un baile a los curiosos que pasaban y lo presionaban.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.