Después de haber cometido una travesura, éste perrito se quedó sin poder esconder la evidencia de sus acciones… El pobre no pudo hacer nada mas que no mirar directamente a los ojos de su dueña.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.