Un niño que buscaba un dulce fue casi aplastado por un carro que de la nada llegó a estrellarse con la tienda metiendose hasta el interior de la misma donde se encontraba el pequeño. Gracias a Dios el pequeño salió ileso.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?