Este hombre vio una jaula llena de pavos y no dudo en imitar el particular ruido que carateriza a estas aves. La sorpresa fue que después de hacer el ruido, todos los pavos empezaron a contestar emitiendo el mismo sonido.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.