Os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios.
Romanos 15:30
Pablo confiaba en que sería librado gracias a las oraciones de los santos, sin que importara cuál prueba estuviera soportando. Creía en la voluntad soberana y en el propósito de Dios, y sabía que Él haría que se cumplieran sus propósitos en concierto con las oraciones de sus hijos. También sabía que “la oración eficaz del justo puede mucho” (Stg. 5:16). Así como el amor y las oraciones de los santos en el primer siglo ayudaron tanto a Pablo, las oraciones que usted hace por sus líderes espirituales también los ayudarán.