Cuando el perro de Paula se perdió su hijo se sintió muy triste pero gracias a la ayuda de buenos samaritanos del pueblo lo pudieron encontrar. Paula grabó el emocional encuentro entre el perro y su dueño y es de lo más conmovedor.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.