Breanna nació con un impedimeto de oido, por años tuvo que aprender a leer los labios de su madre, hasta que a los 14 años pudo finalmente recivir un implante auricular lo que le permitió por priemra vez escuchar la dulce voz de su madre.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?