Cuando estos marinos no están ocupados sirviendo a su país, ¡están alabando a nuestro Señor! Y oyéndolos cantar ‘Señor, Tu Nombre Levantaré’ me dio escalofríos en todo el cuerpo. ¡Amén!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.