El tiempo y la familia son dos de las cosas con mayor valor para un ser humano. Cómo los ves y los tratas es un reflejo de lo que hay en tu corazón. Es tiempo de mirar con cuidado qué está pasando alrededor.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?