Esta señora juntó a todos sus perros y los formo en un grupo, lo impresionante es ver lo paciente y obedientes que cada uno de los perros es. Para poder pasar por la reja cada uno tiene que ser llamado por nombre y esperar su turno.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?