Cuando Cameron fue rescatado, sólo tenía la mitad de su pico superior. Pero él acaba de conseguir un hogar permanente y por el sonido de esa risa – ¡le encanta su nueva familia! ¡La risa es un regalo de Dios!
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.