Cuando su tienda estaba siendo robada a punta de pistola, esta fiel mujer cristiana ordenó al ladrón que se fuera en el nombre de Jesús, el Señor. ¡Lo que pasó después de eso es simplemente milagroso! Nunca dude del poder de Dios.
Si tú pudieras explicarle al polluelo que un día verá todo esto con sus pequeños ojos y que podrá volar con sus pequeñas alitas, tampoco lo creería. Igual sucede con muchas personas que no creen en lo que está por venir en esa vida futura, todo porque están envueltos en su cascaron terrenal.