Este pequeño se canzó de de quitar la nieve del suelo con la pala asi que despues de lamentarse tan arduo trabajo en deseperacion grito “¡Jesús haz que se caliente!” para ya no tener que seguir quitando nieve.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.