Para hacer que esta simpática bebita deje de llorar mientras esperan a su papá en el carro, todo lo que tienen que hacer es ponerle su música favorita y de inmediato se pone a bailar.
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?