Paseando por las calles con su padres, esta pequeñita encontró a una bailarina bailando “tap irlandes” en medio de las calles, para su gran fascinación y alegria no pudo contenerse y empezó a imitar y bailar como la señora.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.