Este perrito disfrutaba del otoño, cuando su pelota de tenis terminó en un enorme montón de hojas de árbol. ¡Su preciosa búsqueda me tenía riendo a carcajadas al 1:08!
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…