La cerdita, Virginia, y su dueña estaban acostadas en la cama jugando cuando la señora le quiso dar un abrazo, Virginia no dejo de hacer ruidos cada vez que la abrazaban. Casi como si le estuvieran apretando un botón.
Estas cinco palabras cuentan la verdad de nuestra fe. Si confiamos en lo que creemos, podremos ser una luz para los demás, inclusive ante la amenaza de dolor....