Este pequeño compadre no pudo aguantarse la emoción de tener una nueva pelota roja como juguete. Después de correr tras de ella se tropezó y salió volando y tras darse semejante vuelta y golpe el perro no dejó de correr tras su pelota roja
Muchas personas creen equivocadamente, que aun viviendo una vida disoluta y alejada de lo que Dios dice en sus mandamientos, al final él igual va a perdonarlos. Pero, pensar así, es una falta total de responsabilidad. Por otro lado…