Katy Evans tenía sólo 4 meses de embarazo cuando se le rompió inesperadamente la bolsa de agua. Los médicos le dijeron a Katy y a su marido que su precioso bebé tenía sólo el uno por ciento de probabilidad de supervivencia, y la animaron a abortar. ¡Pero estos padres amorosos se negaron!
“Le dije que no, que no quería un aborto. Le dije que quería que la naturaleza siguiera su curso,” Dijo Katy.
Durante su tiempo encamada, Katy se dedicó a investigar su condición y a mantenerse positiva sobre los resultados que vendrían.
“Me uní a los grupos de apoyo de Facebook en mi celular, leí documentos médicos e intercambié mensajes con otras mamás. Descubrí que, en realidad, parecía haber una probabilidad mucho más alta de supervivencia de lo que decían las estadísticas…” Gracias a Dios, ¡todo esto le dio nueva esperanza!
Katy regresó a casa del hospital con algunas instrucciones muy estrictas para evitar infecciones. Ella y su esposo se prepararon para lo peor, pero los días pasaron y pasaron, y su hermoso bebé seguía creciendo en su vientre.
Dos semanas después, Katy regresó al hospital para un análisis. Los resultados mostraron que el líquido de su vientre había sido restaurado y que la ruptura también había sanado. Los médicos se sorprendieron ante el milagro que vieron; nunca antes habían presenciado algo como esto.
Katy todavía tenía que tomar precauciones para asegurarse que su fuente no se rompiera otra vez, puesto que aun se encontraba en alto riesgo. Pero el vientre de Katy iba creciendo con el paso de las semanas y los meses, y cada día se sentía como un gran triunfo.
La fuente de Katy volvió a romperse, pero esta vez ya tenía casi 34 semanas de embarazo. Su bebé estaba casi a término, y ya habían vencido las altas probabilidades en su contra. ¡Alabado sea el Señor, Katy no abortó!
Su dulce hijo Leo nació pesando 1 kilo, 450 gramos. Pasó sus primeras 24 horas en una incubadora en cuidado intensivo del hospital, pero sólo 5 días después fue enviado a casa con su familia.
Ahora el bebé Leo tiene 8 meses de edad, ¡y pesa más de 7 kilos! Es un niño sano, y este milagro nos recuerda que nunca debemos renunciar a la vida.
“Nos sentimos increíblemente afortunados,” dijo Katy. “Hace poco más de un año que yo estaba sentada en la cama del hospital, esperando un aborto involuntario. Todos estamos tan bendecidos y agradecidos de tener a Leo con nosotros. Él es un niño muy especial.”
Créditos: GodVine | Sunny Skyz