Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. – Salmo 95:1
Cuando era pequeño soñaba con tener un perro tan inteligente como Lassie. Me parecía que sería maravilloso tener un perro con quien discutir física, filosofía, y psicología.
Al crecer, llegué a la conclusión que semejante perro no existe. Es cierto que en mi familia casi siempre tuvimos un perro, y que todos fueron muy inteligentes. Todos creían ser parte de la familia, pero ninguno de ellos podía hacer cálculos como Lassie, al parecer, era capaz de hacer.
Es por ello que me interesó mucho la historia de Max, un labrador color chocolate, que había ido con su dueña a hacer compras un día de verano sumamente caluroso.
Cuando llegaron de regreso a la casa, la señora bajó del coche las cosas que había comprado, pero se olvidó a Max dentro del auto. No llegó muy lejos, cuando escuchó la bocina del coche sonar varias veces… recordó entonces que había dejado a Max en el coche, y fue en su rescate.
Para tranquilidad de los lectores de esta devoción debo aclarar que Max está muy bien después de su calurosa experiencia. Y debo mencionar también que me impresionó que Max supiera lo que tenía que hacer para ser rescatado.
Lo cual es difícil de decir acerca de mucha gente. La mayoría piensa que está muy bien, cuando la realidad es que no lo está. Muchos piensan que pueden llevar adelante sus vidas por sí mismos, pero no pueden. Una buena parte de las personas piensa que pueden rescatarse a sí mismos, pero eso es imposible.
En resumen, Max es más inteligente que todas esas personas, ya que él sabía que, para ser rescatado, necesitaba ayuda. Al igual que toda la humanidad, no podemos, por nuestra propia razón y fuerza, creer en Jesucristo o ir a él.
Si seremos rescatados será sólo por el Espíritu Santo que nos llama a través del Evangelio. Y es del Espíritu Santo el crédito de salvarnos…
Y así como Max, nosotros debemos estar agradecidos por lo que nuestro Dios ha hecho por nosotros para salvarnos.
ORACIÓN: Señor Dios, te pido por quienes no saben que su vida eterna no depende de sus buenas obras y acciones. Ayúdalos a ver que sólo serán salvos por fe en tu Hijo. En el nombre de Jesús. Amén.
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