Cuando una roca de 20 toneladas llegó rodando por accidente de un sitio de construcción hacia esta iglesia, parecía ser el final. ¡Pero lo que sucedió después es difícil de explicar!
Si puso tanto cuidado en cada uno de nosotros, y si aún los detalles que parecen insignificantes para nosotros, Dios los conoce y no pasa nada por desapercibido, ¿por qué creer que no le importamos o que tiene cosas más importantes que atender?